Hoy recordamos y celebramos la gesta histórica en la que los representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata proclamaron la independencia, rompieron los lazos de subordinación con la corona española y renunciaron a cualquier otra dominación extranjera.
El 9 de Julio evoca la jornada en la que un grupo de
representantes de las Provincias Unidas confirmó en una declaración su
intención de poner fin a siglos de dominio colonial español.
La Declaración de la Independencia fue un acto soberano y
colectivo. El histórico Congreso de Tucumán de 1816 reunió a diputados que
sesionaron y debatieron día a día durante muchos meses para proyectar una nueva
nación. Allí se trazaron los primeros lineamientos de lo que luego sería la
República Argentina.
Una vez que llegaron los congresales y se dio inicio al
Congreso el 24 de marzo de 1816, los primeros temas que se trataron fueron,
entre otros: los recursos para el ejército Libertador, la acuñación de una
nueva moneda, demarcación de límite provincial y la organización de las fuerzas
castrenses.
En mayo se designó con la máxima magistratura mayor de las
provincias a Juan Martín de Pueyrredón, nadie como él para entender y apoyar a
las demandas de San Martín y su empresa libertadora.
San Martín presionaba, ya desde enero en la correspondencia
que le envía a su amigo Tomás Godoy Cruz y diputado por Mendoza, argumentando
que en la base de toda acción de gobierno se necesitaba de la declaración de la
Independencia. Trabajó por la unidad nacional como base de la independencia
política con la cual buscaba respaldarse para reconquistar Chile y trabajar por
la libertad de América.
El día 9 de Julio de 1816, tras un trabajo de nueve horas de
debate el presidente de aquel momento, Narciso Francisco Laprida realiza la
memorable pregunta:
«Queréis que las provincias de la Unión sean una nación
libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli»
Todos los diputados contestaron afirmativamente. De
inmediato, se labró el «Acta de la Emancipación».
Desde el punto de vista político representaba el paso previo
y necesario para llevar a cabo la ofensiva militar a otras regiones, concretada
en la magna empresa de San Martín. Esta Declaración fue en todo tiempo
observada como la base constitutiva de las provincias rioplatenses, pese a que
no concurrieron al Congreso diputados por las provincias del Litoral, la Banda
Oriental, Santa Fe y Paraguay.